Identificamos los dilemas que afronta la gastronomía en el Perú



5° de secundaria
COMUNICACIÓN

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Identificamos los dilemas que afronta la gastronomía en el Perú

Bienvenidos a esta nueva experiencia de aprendizaje, la que iniciaremos dando un recorrido por nuestra ruta gastronómica. Esta actividad tiene como propósito reflexionar sobre algunos platos tradicionales de nuestro país y su estrecho vínculo con las clases sociales, la política, la educación, y la economía de nuestra sociedad. A partir de esta lectura, contribuiremos a la identificación de la problemática de la gastronomía, lo que nos servirá para la construcción del dosier o el boletín.


1. Leemos el texto:


POSIBILIDADES Y DILEMAS DE LA COCINA PERUANA

DIFERENCIACIÓN Y TRANSFORMACIÓN

Con la independencia del Perú surge para la élite criolla dominante la necesidad de configurar un repertorio de expresiones culturales que dieran contenido y se constituyeran en referentes de una identidad nacional, siendo necesario definir los modelos culturales a seguir que debían distinguirse de aquellos que imperaron durante la Colonia o el Tawantinsuyu.

Durante el proceso de delimitación de una identidad nacional, la élite nacional mostró una especial preferencia por la cultura francesa, cuyas características se reproducían en muchos ámbitos de la vida cotidiana, por ejemplo, en la política, las artes e incluso la culinaria. La cocina como espacio de diferenciación funcionó para establecer la distinción entre la élite criolla dominante con influencia francesa y los pasados elementos españoles, y las características andinas y populares.

De ese modo, durante este periodo inicial, platos como el ceviche no eran apreciados debido a que su sabor picante “se oponía al gusto afrancesado de la época” (Cisneros 1995, p. 74).

Paradójicamente, algunos elementos adoptados de la culinaria francesa trajeron consigo la reintroducción y revalorización de insumos, por ejemplo, la papa, que había sido incorporada respondiendo al interés de aquella culinaria por productos exóticos. La manera en que se presentaban los platos y el orden de la alimentación estuvieron determinados también acorde al gusto francés. Sin embargo,  los platos populares se servían siguiendo una estética en la que sus componentes se presentaban mezclados, a diferencia de lo que dictaba la etiqueta francesa.

En la medida de lo posible, las clases populares emulaban las costumbres de la aristocracia, como, por ejemplo, en la práctica del uso del tenedor, la servilleta y el mantel, que era una costumbre italiana introducida en España en el siglo XVIII, la que se popularizó un siglo después (Olivas, 1999). Para comer, los más pobres utilizaban calabazas y mates como recipientes, en cuyos contornos, igual que en las vasijas prehispánicas, se plasmaban imágenes de la vida cotidiana.

En Lima, la comida en los espacios públicos era diversa, dados los tipos de alimentos que se expendían y la variedad de los clientes. Para las clases altas existían cafés, dulcerías y fondas de renombre. Para las clases populares predominaban las picanterías, donde se consumían platos a base de ají y se tomaba chicha de maíz. A ciertas horas del día había puestos de comida ambulante que ofrecían refrescos y dulces, principalmente en el centro de la plaza Mayor. Frente a la catedral también se reunían campesinos y viajeros para disfrutar de las distintas viandas (Olivas, 1999).

Con el fin de romper con el pasado colonial, las élites  republicanas exploran otras vertientes culinarias intentando encontrarse en alguna de ellas. Es así que se dirige la atención hacia algunas tradiciones, especialmente a las de origen afroperuano y a las extranjeras que llegan al Perú, ya sea a través de grupos de inmigrantes o por el intercambio cultural con otras naciones. Es en este marco que distintos grupos de inmigrantes encuentran en la práctica culinaria una vía para integrarse a la sociedad nacional.

POSIBILIDADES

El contexto actual y el auge culinario abren posibilidades de revaloración de los saberes tradicionales vinculados a la cocina peruana, tanto para que sean visibilizados como para que sean rescatados y que los depositarios de dichos saberes sean reconocidos.

Constituye un marco propicio para que los principios de gestión y valoración de la diversidad de las prácticas alimentarias peruanas pasen de ser estrategias de resistencia y de adaptación cultural a constituirse en propuestas de acción promovidas desde el Estado y desde iniciativas privadas. Es decir, desde el fomento de políticas públicas y proyectos empresariales que sepan gestionar de manera integral y coordinada los elementos derivados de la cocina peruana, como son los insumos, técnicas, saberes y usos sociales, de modo que se garantice el reconocimiento y la inclusión efectiva de sus distintos depositarios.

Así, una expresión cultural que es central en la sociedad nacional y que se encuentra arraigada en su propia tradición histórica podrá ser valorada y promovida para constituirse en el marco de políticas públicas que tengan como sus principios fundamentales la gestión y valoración de la diversidad.

La globalización ha abierto una serie de posibilidades interesantes para la producción cultural y la preservación de la diversidad cultural (Yúdice, 2002). Al mismo tiempo, estas nuevas condiciones presentan un conjunto de retos y paradojas, ya que la globalización también es responsable de que los diferentes países del mundo homogeneicen sus patrones de consumo, suplantando los productos tradicionales por los de una comercialización estandarizada. Estos efectos se ven reflejados en todas las expresiones de la vida cultural, incluida la culinaria. Debido a esto, los dilemas de la globalización necesitan ser considerados en aras de una política cultural dirigida a garantizar la preservación de la diversidad cultural.

Una política cultural inclusiva y participativa debe prestar atención a las manifestaciones culturales que no tengan capacidad de adaptarse a las dinámicas de producción cultural mediática y de mercado, pero que constituyen importantes referentes de identidad, experiencia vivida, memoria, y fuente de goce colectivo y estético.

Sin estas consideraciones, no solo podrían perderse valiosas expresiones de la capacidad creativa de la humanidad, sino algo aún más importante: repertorios a través de los cuales los depositarios de tales manifestaciones se reproducen como colectividad.

El marco del auge por el que pasa actualmente la culinaria peruana contribuye, como se ha dicho, a la resignificación, reconocimiento e inclusión de tradiciones culinarias que históricamente se han encontrado en una situación marginal. Sin embargo, hay que anotar que esta propuesta culinaria configura un conjunto de recetas, usos y consumos que corresponden a un ámbito cultural propio, que es el de una cultura globalizada y desterritorializada. Los platos que se sirven en restaurantes de cocina de autor, como la denominada novoandina, así como en aquellos que ofrecen recetas tradicionales de la cocina peruana, son consumidos por grupos nacionales y extranjeros que pertenecen a una élite global y cosmopolita, y que los consumen como una forma de esparcimiento y enriquecimiento personal.

En la discusión sobre las propuestas que se enmarcan en el auge de la cocina peruana se puede afirmar que el consumo de la vertiente de la cocina tradicional y novoandina contribuye al reconocimiento de un conjunto de platos e insumos nativos y de arraigo regional, pero no necesariamente de la cultura culinaria que los creó y les da sustento, ni de las poblaciones que los han producido y consumido tradicionalmente. La paradoja radica en que las propuestas culinarias que emergen en el contexto de este auge se definen como reivindicativas de lo andino y de lo amazónico, pero lo hacen desde los estándares de una estética global. Podemos poner como ejemplo la hierba aromática llamada huacatay (Epazote chenopodium ambrosioides), que desde tiempos prehispánicos ha sido insumo principal adoptado por la cocina novoandina para los mismos fines, pero produciendo platos que no son identificables con la cultura andina, ni con sus saberes culinarios o prácticas sociales en torno a su uso o cosecha. En otras palabras, la revaloración es del insumo y no de sus usos sociales y rituales, ni las de las prácticas de gestión de biodiversidad o formas de reciprocidad que involucra, y mucho menos se reivindica a los depositarios de las mismas.

Extraído de Cánepa, G., Hernández, M., Biffi, V. y Zuleta, M. (2011). Cocina
e identidad. La culinaria peruana como patrimonio cultural inmaterial.
Ministerio de Cultura. https://bit.ly/3BoJbEw


2. Comprendemos el texto:

¿Cómo se evidenciaba la discriminación social y política alrededor de la gastronomía peruana?

La élite peruana de aquella época mostraba preferencia por la cultura francesa; por ejemplo, platos como el ceviche no eran apreciados debido a que su sabor picante “se oponía al gusto afrancesado de la época”. Asimismo, se establecieron claras diferencias entre la influencia francesa y las características andinas y populares.

¿Qué efectos tiene la globalización sobre las costumbres de cada país?

La globalización es responsable de que los diferentes países del mundo homogeneicen sus patrones de consumo, suplantando los productos tradicionales por los de una comercialización estandarizada.

Teniendo en cuenta los criterios de causalidad e inclusión, organiza secuencialmente los siguientes temas que se abordan en el texto: Globalización – Dilema – Gastronomía – Identidad.

GLOBALIZACIÓN - DILEMA - IDENTIDAD - GASTRONOMÍA
__________________                        ___________________
CAUSALIDAD                                INCLUSIÓN

“Para las clases altas existían cafés, dulcerías y fondas de renombre. Para las clases populares predominaban las picanterías, donde se consumía platos a base de ají y se tomaba chicha de maíz”. Explica con qué ámbito de nuestra realidad (político, social, económico, etc) se relaciona esta expresión.

La expresión se relaciona con nuestra realidad en el ámbito social y económico, ya que actualmente perduran diferencias entre las vivencias de las clases altas y los sectores populares.

A partir de lo leído, que evidencia la relación de la gastronomía y los procesos históricos de nuestro país, explica cuál es el propósito del texto.

El propósito del texto es informar sobre la gastronomía peruana y su estrecho vínculo con las clases sociales, la política y la economía de la sociedad. Ya que, mientras avanzaba el Perú en el marco histórico la gastronomía también lo hacía.


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